Camerún es uno de los países donde la homofobia es endémica en la sociedad hasta el punto de encarcelar a personas sólo por su condición homosexual. Una práctica que ya ha provocado desgracias como la de Roger Mbede, lo que está provocando todo un rechazo internacional que ahora está canalizando Amnistía Internacional para recoger firmas que eviten que las personas homosexuales de Camerún vayan a la cárcel.

La ONG ya ha conseguido que más de 8.000 personas firmen virtualmente para denunciar esta grave violación de tratados internacionales de los Derechos Humanos que suponen las detenciones, reclusiones y juicios gays, y de sospechosos de ser gay, que se han convertido en sistemáticos por el artículo 347 bis del Código Penal de Camerún.

Como ejemplo de uno de los tremendos casos registrados en el país africano está el de Stéphane Koche, activista LGBT que fue arrestado y detenido durante varias horas por organizar un taller sobre los derechos de las minorías sexuales. O el de Jonas Nsinga y Frankie Ndome, dos muchachos gays que fueron encerrados en la cárcel acusados de prácticas homosexuales y pasaron varios meses entre rejas. Igual pasó con la pareja formada por Martine Solange y Esther Aboa, encarceladas y rechazadas por sus familias por lesbianas. Son muchos los casos como estos en los que se tortura con machetes y otras prácticas violentas sólo por el simple hecho de sentir una orientación sexual diferente.

Amnistía Internacional ha iniciado esta recogida de firmas con el objetivo de pedir una reforma del Código Penal para que dejen de producirse aberraciones como estas con las que se persigue, abusa y tortura a la comunidad LGBT de Camerún bajo el amparo de un Código Penal que contraviene todos los derechos fundamentales de las personas.