La población LGTB en Rusia ha sufrido en los últimos meses una de las épocas más oscuras de su historia. La legalización de la ley anti propaganda gay en la mayor parte del territorio nacional ha desatado una oleada de violencia homófoba. Desde los ámbitos la política, la cultura, la religión y los medios de comunicación se ha alentado a un acoso contra gays y lesbianas en las ciudades rusas. Y como consecuencia, han surgido “ejecutores” de estas persecuciones en plena calle, integrados en grupos organizados. En RAGAP hemos elaborado un listado con los diez nombres y apellidos de las personas que más se congratulan de castigar al colectivo LGBT,  ya sea a través de la promoción de la discriminación o del uso de la violencia.

Vitaly Milonov. Es uno de los principales promotores de la ley antigay en Rusia, y miembro de la asamblea legislativa de San Petesburgo. “Lo que queremos es una sociedad saludable. Y eso se basa en solo en valores saludables”, dijo el político en una entrevista que le realizó la BBC, haciendo gala de una homofobia pestilente.

Vladímir Putin. Presidente de Rusia desde 2000. Durante su mandato, se ha instaurado la ley anti propaganda gay en 10 regiones del país y la población LGTB han vuelto a ser perseguida, incluso con violencia, mientras su Gobierno permanece impasible.

Mijaíl Degtiariov. Vicepresidente del Comité de Ciencias del organismo estatal y candidato a la alcaldía de Moscú. Propuso en agosto que los homosexuales no pudieran donar sangre. Agregó que tal iniciativa no puede considerarse discriminatoria dado que, según sus datos, un 65% de los infectados con el virus VIH son homosexuales. Además, adelantó que la Duma estudiará un proyecto de ley que prevé que el Estado sufrague los gastos de la primera consulta médica de aquellos que quieran cambiar su orientación homosexual a la heterosexual.

Nikita Mijalkov. Director de cine, ganador de un Oscar en 1995. “Cuando cosas antinaturales se convierten en norma, qué se puede esperar del cine. No puede haber cine sano y cargado de energía en un mundo en el que se legalizan los matrimonios entre personas del mismo sexo”, manifestó el pasado mes de julio. Desde el mundo de la cultura, también se criminaliza la homosexualidad.

Kirill (Cirilo I). Patriarca Ortodoxo de Moscú “y de todas las Rusias”. Considera que la homosexualidad es un pecado y lo ha calificado como un “símbolo del Apocalipsis” y se muestra contrario a la legalización del matrimonio homosexual y al derecho de las minorías sexuales a la adopción.

Alexéi Zhuravliov. Diputado del oficialista partido Rusia Unida. En septiembre de 2013 presentó un proyecto de ley para que los homosexuales sean privados de la patria potestad. Con él, se pretende quitar a los homosexuales el derecho a educar a sus hijos, ya sean biológicos o adoptados.

Maxim Martsinkevich. Neonazi ruso que se toma la ley por su mano y está llevando a cabo una persecución violenta contra la población gay de Moscú. Cuanta con miles de seguidores en el país, y alardea de sus “presas”. Ya te contamos ampliamente cómo se las gasta y cuáles son sus procedimientos para “capturar” homosexuales.

Ekaterina Zigunova. Es líder de lo que se llama la “vigilancia local” en San Petesburgo. Organiza “safaris para cazar gays” en la ciudad, auténticas redadas contra gays y lesbianas. “Nuestra prioridad es dar a conocer casos de pedofilia, pero también contra la promoción de la homosexualidad, y si al mismo tiempo sacamos a la luz personas con orientación sexual no tradicional, matamos dos pájaros de un tiro”, dijo en una entrevista para televisión. A Martin Martsinkevich lo llama “padre” en su red social, quizás con un sentido cariñoso, o de jerarquía dentro de estos movimientos de ultra derecha.  

Misha Krasnov. Su cara da miedo. Es otro de los admiradores de Maxim, a quien homenajea en muchas de sus fechorías. Al igual que su ídolo, cuelga en las redes sociales las torturas y humillaciones, que a cara descubierta y con orgullo, comete contra jóvenes homosexuales.

Dmitri Kiseliov. Presentador de un programa político semanal en la televisión rusa, que utiliza para difundir sus proclamas contra los homosexuales. Esta fue la perla que soltó: “Considero que es insuficiente multar a los gays por hacer propaganda de la homosexualidad entre los adolescentes. Hay que prohibirles que puedan donar sangre, esperma, y sus corazones, en caso de un accidente automovilístico, deben ser enterrados o quemados como impropios para la continuación de otra vida”.