El puesto de trabajo es uno de los sitios en que más tiempo pasamos a lo largo del día. Compartir tantas horas con compañeros y compañeras estrecha las relaciones personales, pero para las personas homosexuales no siempre es fácil abrirse a los colegas de oficina y admitir abiertamente su condición sexual, como ha revelado un estudio elaborado en Estado Unidos según el cual más de la mitad, un 53%, de los trabajadores gays, lesbianas, bisexuales y transexuales viven reprimidos en sus puestos de trabajo.

El estudio que evalúa los costes de la represión en el lugar de trabajo y realizado entre más de 800 trabajadores LGBT de empresas pertenecientes a la lista Forbes 500 (las quinientas mejores empresas estadounidenses según la revista que lleva el mismo nombre) ha revelado que estas personas toman la decisión de no salir del armario por miedo a que este paso suponga la ruptura de las relaciones personales con sus compañeros e, incluso, la pérdida del empleo. Unos temores que acaban por crear un ambiente de trabajo muy complicado en el que es difícil convivir para las persones que tienen que reprimir su condición sexual.

Uno de cada cuatro de los encuestados reconoció que se siguen escuchando comentarios ofensivos y despectivos hacia la comunidad LGBT en los lugares de trabajo, por lo que no es de extrañar que hasta un 35% de los empleados LGBT mientan con asiduidad sobre sus vidas personales para no reconocer su sexualidad y continuar guardando las apariencias de cara a sus compañeros.

El ambiente laboral en España no es mucho más alentador, donde tres de cada cinco trabajadores LGBT han sufrido alguna discriminación o actitud homófoba en su lugar de trabajo. Unas actitudes que acaban por empujar al 20% de ellos a buscar un nuevo empleo en el que, con un poco de suerte, no tengan que soportar actitudes discriminatorias y puedan vivir su sexualidad libremente.